MAS DE UN MILLON DE PERSONAS MARCHARON EN MEXICO POR LA VIDA Y LA FAMILIA

NO PUEDE SER MATRIMONIO LA UNIÓN DE DOS HOMBRES O DOS MUJERES
11/09/16 11:29 AM
(Aciprensa / InfoCatólica)


México: Multitudinaria participación en las manifestaciones de apoyo al matrimonio y la familia
Más de un millón de personas participaron en las marchas convocadas en 122 ciudades de México, para expresar su apoyo a la familia y al matrimonio entre un hombre y una mujer. «Estamos todos reunidos para defender a la familia que yo creo que es el núcleo, el centro de todo nuestro mundo», dijo Nancy Lara González, manifestante.

 Más de un millón de personas participaron en las marchas convocadas en 122 ciudades de México, para expresar su apoyo a la familia y al matrimonio entre un hombre y una mujer, así como su rechazo al mal llamado «matrimonio» entre homosexuales promovido por el presidente del país, Enrique Peña Nieto.

En un informe preliminar, los organizadores indicaron que los asistentes superaron el millón 60 mil asistentes solamente en 102 ciudades.  Las manifestaciones comenzaron a las 8:00 a.m. y se extendieron hasta entrada la tarde.  Entre los

SER CRISTIANO ES UN MODO DE PENSAR, AMAR Y VIVIR QUE COMPRENDE AL HOMBRE EN SU TOTALIDAD.



Muchos católicos piensan su fe cristiana no va con el tiempo actual. Por un lado, encuentran en ella una espiritualidad bellísima, un mensaje maravilloso, una esperanza y un proyecto para vivir sólo en el amor. Por otro, ven una serie de mandamientos y de "normas" que sienten como una camisa de fuerza o como tijeras que cortan las alas de sus sueños y que impiden vivir según el progreso de la sociedad.
En realidad, los mandamientos que Dios nos ha dado y las normas que la Iglesia nos ofrece no son obstáculos, sino parte misma de la respuesta de amor que nace de la fe en el Evangelio.
Porque ser cristiano no es sólo creer que Dios nos ama, que Cristo nos ofrece la salvación con su entrega en la cruz. Ni es sólo rezar en los momentos de dificultad para pedir ayuda, o en los momentos de alegría para reconocer que los dones vienen de Dios. Ni es sólo entrar en una iglesia para las “grandes ocasiones”: un bautizo, un matrimonio, un funeral...
Ser cristiano es un modo de pensar y de vivir que comprende al hombre en su totalidad. Desde que suena el despertador o alguien nos grita que nos levantemos, hasta el momento de acostarnos, cuando apenas tenemos fuerzas para colocar la camisa en el armario.
Es, por lo tanto, falsa la dicotomía que lleva a muchos a aceptar algunos aspectos espirituales de su fe cristiana y a dejar de lado las exigencias concretas de esa misma fe. Porque la fe en Dios llega a todos los ámbitos de la vida: lo que uno piensa ante el espejo, lo que uno dice en el teléfono, lo que uno hace con el poco o mucho dinero de su cuenta bancaria, lo que uno comenta ante un amigo, lo que uno hace o no hace en el trabajo, lo que uno ve y piensa ante la televisión, lo que uno come o deja de comer.
Sería triste caminar en la vida con la falsa idea de que podemos declararnos católicos sólo porque así lo creemos y lo decimos ante una encuesta pública. Porque un católico lo es de verdad cuando, desde su fe, esperanza y caridad, lucha día a día para poner en práctica el Evangelio y para acoger las enseñanzas que nos vienen de los sucesores de los Apóstoles y defensores del gran tesoro de nuestra fe.

DESDE EL PECADO HACIA EL AMOR

Dolor y la muerte para el cristiano, el pecado es siempre una grave ofensa al amor. El pecado lleva al hombre a ir contra Dios.

Por: P.Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net

 El pecado deja huellas profundas y heridas duraderas. Uno de sus mayores daños consiste en hundir al pecador en la tristeza, la amargura, la desesperanza. Otro daño es el de la dejadez: si caigo una y otra vez en lo mismo, ¿para qué luchar por el cambio? Un daño más profundo y sutil consiste en llegar a la idea de que, en el fondo, el pecado no es tan malo, incluso podría ser bueno para uno en su situación actual...
 
Para el cristiano, el pecado es siempre una grave ofensa al amor.

ADORACION PERPETUA.- YA SON DOS MESES!


Por: Ma Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net/Eleana Endara 

Cuando las personas tienen mucho que pensar, mucho que caminar, mucho que correr... andan ahí, Señor, ahí afuera. Desde aquí se oye el clamor del mundo. Ruido de coches, motocicletas, ruido de gran tráfico y ajetreo, de velocidad, de impaciencia. Hace mucho calor. Afuera todo es gran agitación, ruido de vida...y la Vida está aquí. En esta soledad, en este silencio, en esta semipenumbra, en esta quietud...
La Capilla llena de fieles silenciosos...  vitrales, imágenes... como si nada tuviera vida,  solo hay algo que tiembla, que se mueve, que parpadea... es la lámpara roja del Sagrario. Está señalando que en ese silencio, en esa quietud, en esa gran paz está Dios. Un Dios que siendo el Rey de todo lo creado, está expuesto en la custodia.   Silenciosa y humilde espera. Entrega y sumisa esperanza de un Dios que es todo amor. Mansedumbre infinita, paciencia de siglos... Locura de amor de un Dios enamorado de sus criaturas. Sólo a un Dios que muere por amor se le podía haber ocurrido semejante entrega.
 
Ahí estás, Señor, encerrado en todos los Sagrarios del mundo, desde los de oro y piedras preciosas, en las imponentes y majestuosas catedrales hasta los más humildes y simples de madera, en las iglesias perdidas de las sierras y en las casi legendarias misiones. Ahí te quedaste, Señor, paciente y sumiso, esperando. Porque los enamorados no pueden dejar a quien aman y tu te ibas a la Casa del Padre Celestial, a tu verdadero Reino con tu Madre, con los Santos, con los Ángeles...y nosotros aquí, solos, tropezando, cayendo perdiendo el CAMINO..., teniendo cada vez más lejano, más borroso, el recuerdo de tu paso por la tierra.

RECUPERAR LO ROBADO


Dios es tu aliado, Él te respaldará y peleará por ti si permaneces junto a Él y le pides ayuda

Por: Maleni Grider | Fuente: ACC – Agencia de Contenido Católico


En el libro de Jim Cymbala, Fresh Faith, una de mis últimas lecturas, me pareció trascendente una reflexión sobre la manera en que el enemigo de Dios opera en contra nuestra y de todo aquello que Dios tiene para nosotros.

A Satanás no le interesa quitarnos nuestro dinero, otras posesiones, diversión, proyectos profesionales, fama, etc. De hecho, le conviene ofrecernos todo esto para atraernos y mantenernos ocupados, alejados de los propósitos eternos de nuestro Creador. Dios es omnipotente, omnipresente y omnisciente. El diablo tiene poder limitado, no puede estar en todos los lugares a la vez ni lo sabe todo, por ejemplo, no puede leer nuestro pensamiento. Él se basa en nuestras reacciones y debilidades para atacarnos y someternos. Su arma favorita es la seducción.

El propósito de Dios es darnos vida, y vida en abundancia; sanarnos; apartarnos del pecado y de la muerte; darnos sus bendiciones; cumplir su proyecto en nosotros; en una palabra: santificarnos. El propósito de Satanás es destruir todo eso, y su meta específica es robar, matar y destruir. Es importante notar que primero “roba”. Pero ¿qué es aquello que nos roba?