Ma. Isabel Parra Valverde
Estudiante de Economía, Mensajera de la Vida.
Desde hace algún tiempo, el gobierno ha gastado altas sumas de dinero en campañas que promocionan la planificación familiar y el “sexo seguro”, bajo el lema de “Prevenir no es promover”. Sin embargo, se ha observado que han aumentado los índices de embarazos no deseados y personas infectadas con enfermedades de transmisión sexual, dejando claro que en lugar de prevenir, se les está dando facilidades a los jóvenes para que lleven una vida sexual irresponsable y promiscua.
Es necesario que conozcamos que el término “planificación familiar” fue ideado por Henry Kissinger en su Memorándum 200, en el cual hace hincapié en la importancia de reducir los índices de natalidad en todo el mundo, especialmente en los países subdesarrollados para así garantizar el acceso de EEUU a los recursos del planeta, por lo que el crecimiento poblacional del Tercer Mundo es considerado una amenaza para su seguridad y economía.
Para lograr dicho fin, se han creado diversas estrategias para prevenir la concepción: los anticonceptivos, fomento de la ideología de género; y métodos para aumentar la mortalidad: la legalización del aborto, la eutanasia, las enfermedades de transmisión sexual, etc. Lastimosamente, nuestro gobierno está colaborando, sabiéndolo o no, con este perverso plan.
Semanas atrás, el Ministerio de Salud aprobó la entrega de la píldora del día después (PDD) de manera gratuita a niñas a partir de los 12 años, y sin el consentimiento de sus padres. Mediante la campaña “Habla Serio, sexualidad sin misterios” se ha querido “informar” acerca de su uso, pero en realidad se ocultan las graves consecuencias de consumir dicha píldora: abortos (estudios más recientes, la FDA y los mismos fabricantes afirman que la PDD no permite que el embrión se implante en el útero), infertilidad, clamidia, cáncer, etc.
Esta medida, sin duda, impulsa la irresponsabilidad por parte de los jóvenes frente a las relaciones sexuales, cuyo propósito principal es la perpetuación de la especie humana. Nos enseñan que se puede tomar el placer de ellas con fines egoístas, que se puede gozar fuera y antes del matrimonio, con quien sea, como sea porque piensan que somos incapaces del auto control; en lugar de fomentar en nosotros la castidad y el pudor.
De acuerdo: “Prevenir, no es promover”. Pero cuando con el pretexto de prevenir, se miente, se manipula y se dicen verdades a medias… en realidad, “prevenir” es lo mismo que corromper y degradar. Si la Ministra de Salud da por supuesto que las chicas ecuatorianas no somos capaces de vivir nuestra feminidad a la luz de los valores morales, de la Ley de Dios, y de nuestra dignidad femenina, con esta campaña, lo que ha hecho en el fondo, es dar una solemne bofetada a la mujer ecuatoriana, a la feminidad de las mujeres de su patria…
Es hora de actuar, no permitamos que se degrade a la mujer y que la juventud sea corrompida. Es nuestra obligación defender la vida y la familia en Ecuador. No nos dejemos engañar.