Por: Eleana Endara Borja
La resurrección de Jesús es importante
por muchas razones.
Primero, testifica el inmenso poder de Dios. Creer en la resurrección es creer en Dios y, por lo tanto, concluimos
que “Él tiene el poder de vencer a la muerte”. Por esto, la resurrección de
Jesús nos recuerda su absoluta soberanía sobre la vida y la muerte.
Segundo, la resurrección de Jesús es un testimonio de que hay otra vida después
de esta vida para nosotros, <<
principio básico de la fe cristiana >>. A diferencia de todas las otras
religiones, sólo el cristianismo tiene un fundador que trascendió la muerte y
prometió que sus seguidores serían beneficiarios de esta misma gloria. Dios se
hizo hombre, murió por nuestros pecados, y resucitó al tercer día, con esto nos
abrió las puertas del cielo. “El sepulcro más importante del mundo es el
sepulcro de Jesús, no por lo que contiene, sino por lo que “no contiene”,
porque el que estuvo allí resucitó y es
un Dios Vivo.
Recuerdo
haber leído una tarjeta que decía: “que tiene este muerto que a tantos vivos
molesta? Que Vive!!!” Y por esta gran verdad, al mundo de hoy le molesta Dios,
y quiere apartarlo de su vida, pues siente que su macrocosmo ha crecido infinitamente,
con los inventos, tecnología, la ciencia en general, que ya no lo necesita a Dios,
y así es como desde la mitad del siglo XX ha venido desarrollándose una gran cantidad de acontecimientos, cuyo
fin es demostrar que “Dios no existe”, que el hombre es el amo del hombre, y
que lo único que importa es lograr la fama, placer y poder, así vemos como se
han legalizado crímenes como el Aborto y la Eutanasia, se quiere implementar la
ideología de género (ideología de la confusión), las uniones de personas del
mismo sexo, que van contra la naturaleza misma del ser humano, se crean armas
de destrucción masiva, y se pretende controlar la población mundial (NOM)
Pero
en la medida que el hombre se aparta de Dios, le abre las puertas al enemigo y
mentiroso de todos los tiempos, quien quiere usurpar el lugar de nuestro
Creador, y no logra tener éxito, pues las fuerzas del mal nunca prevalecerán
contra el bien, pero el hombre vuelve a mal usar su libertad, como en el
Paraíso, es necio, y no entiende las lecciones que nos va dando la historia, pues su corazón y cerebro están anestesiados. Miremos
a los países del primer mundo, que ya
han pasado varias pruebas, recordemos a las Torres Gemelas, los atentados en
España, Inglaterra, Francia, y el último de Bélgica, por mencionar algunos,
donde se nos está diciendo claramente, “no traten de eliminar el cristianismo
de vuestras tierras, pues le están abriendo la puerta a la muerte y a la
destrucción”. Y es una dura realidad,
hoy Europa, cada vez tiene menos cristianos, pero le ha dado cabida a miles de
musulmanes unos inofensivos, pero muchos otros terroristas. Y ya España tiene
experiencia de lo difícil que le fue liberarse de los “moros”, más de 7 siglos.
El
Cristianismo es una religión de paz, de amor a Dios y al prójimo, Jesús nos
vino a decir “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, pero hoy cada uno es
dueño de la verdad, y los parámetros para juzgar de donde debe partir la
verdad, ya no están en la “Ley Natural” que te manda a defender la vida, no a
matar, a hacer el bien y no el mal, esto que es el núcleo fundamental de lo que
nos vino a enseñar Jesús, pero nosotros somos sordos, y esa sordera puede
llevar a la humanidad entera a la destrucción.
No seamos necios, y entendamos que solo Jesús es nuestra esperanza. Regresemos a casa!