Fuente: Schoenstatt.org
La vida se enciende en la vida. Frase clave del Padre Kentenich no solo sobre educación, sino tambien sobre pedagogía y, sin embargo, comunicación. He aquí la diferencia entre comunicación de vida que es lo que a la gente le interesa y la institucional que solo sirve para quien la publica.
La vida se enciende en la vida, lo muestra con cada palabra, con cada gesto, pero antes que nada en momentos de testimonios reales, autenticas (no todo lo que se llama testimonio lo es, como sabemos). Son testimonios reales (historias reales, diría la redacción de schoenstatt.org) que se entienden, apreciando el el clima de vida que le rodea. No tiene miedo de encontrarse con la realidad, al contrario. Parece respirarlo profundamente… y expirarlo después de dejarlo pasar por su alma y su corazón de pastor y padre. Otra definición, que siempre la mencionaba el Padre Kentenich sobre comunicación en alianza. Fue lo que vivimos anoche en la vigilia en el Encuentro Mundial de Familias. Olvidado el cansancio, vimos una ceremonia espectacular, donde hizo un alegato a la belleza de las familias, que “nos lleva a Dios”, lo dicen los que dan testimonio de que “vale la pena la vida en familia” y de que “una sociedad crece fuerte, buena, hermosa y verdadera si se edifica sobre la base de la familia”. Lo triste es ver ahora como se ha perdido el sentido de familia, algo que no podemos dejar pasar por alto, pues si Dios envió a su propio Hijo a nacer en una familia, es porque era lo major para el hombre, su creación, a su imagen y semejanza.
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