Es cada vez más común que las mujeres dividan su tiempo entre la vida familiar y el trabajo, por realización personal, para complementar el sueldo de la pareja o porque son madres solteras.
Ese factor ha impactado económicamente a favor en las familias, pero también ha sido un gran problema para otras, respecto al tiempo de atención y convivencia que se dedica a los hijos. Cuando una familia cumple con su misión, transmite convicciones y valores; educa en las virtudes; enseña a pensar, a luchar, a amar, a hablar con Dios, y defenderse de las influencias y agresiones externas. En resumen: vacuna a los espíritus contra los eslóganes y los tópicos, y proporciona a los hijos las armas imprescindibles para actuar libre y responsablemente.
Esto ocurre en una familia equilibrada. Pero dicho equilibrio se rompe por la ausencia de los padres en el hogar, ya que tienen que completar un presupuesto económico para poder mantener su familia, por lo tanato los dos han salido al mercado laboral.
Uno de los más grandes desafíos de trabajar y atender a una familia es tener tiempo y sentirse bien por el trabajo y la familia. No es fácil hacer juegos malabaristas con tres ocupaciones al mismo tiempo: trabajador(a), esposo(a) y padre/madre.
Cuando la situación económica de la pareja es estrecha, obviamente las esposas salen a trabajar para ayudar a los gastos del hogar, en cuyo caso está justificado el trabajo, y requerirá de mucho esfuerzo y mucho amor para que los padres compensen el tiempo que se les resta a los hijos por esta situación. Aquí damos algunas sugerencias:
Será necesario trabajar en equipo para que las tareas familiares se lleven a cabo. Este trabajo de equipo podría involucrar a sus niños fácilmente.
- Seleccione tareas de acuerdo a las habilidades de sus niños.
- Cambie las responsabilidades... a nadie le gustará hacer la tarea más desagradable todo el tiempo, pero si todos toman turnos será mucho más fácil para cada miembro de la familia.
- Comparta tiempo de alta calidad. El uso de algunos valiosos minutos, junto a su familia, son difíciles de conseguir cuando se tienen programas de actividades muy rígidos. Estas horas o minutos compartidos deben ser en los que le brindamos la atención que merecen nuestros niños y/o familia. En el libro titulado "Prime Time Parenting" nos sugiere tomar ventaja del tiempo que compartimos como familia. Venir del trabajo o de la escuela al final del día puede ser cambiado de "una noche de quehaceres domésticos rutinaria" a "una noche que empiece con un saludo cariñoso" y que continúe con terminar las tareas escolares o domésticas.
He aquí otras sugerencias para mantener una relación familiar de "alta calidad":
- Piense en su familia, inclusive si ellos no están cerca en ese momento, hágaselos saber al final del día. Saber que alguien piensa en nosotros durante el día nos hace sentir queridos e importantes.
- Tómese el tiempo para acercarse a esa persona en la que usted estaba pensando.
- Hable con su familia por teléfono durante el día. Llámeles a la hora de su descanso o del almuerzo y hágales saber que usted piensa en ellos.
- Converse con su familia a la hora de la cena y mantenga contacto con la vista mientras habla con ellos.
- Mantenga contacto físico con su familia. Un beso en la frente, un golpecito en la espalda o un abrazo les hace saber que son importantes para usted.
- Piense bien sobre las expectativas y actitudes, y en cuanto a las tareas que se necesitan llevar a cabo. No mida cuánto vale usted como persona en términos de cuántas tareas puede efectuar. Haga de esas horas, minutos o segundos compartidos con su familia un momento extra especial.
- Rece en familia, bendecir los alimentos, la oración de la noche, dando gracias a Dios es un muy buen punto de contacto.
¿Pero que tal cuando la causa del trabajo de la esposa es por su autorrealización personal, porque ella estudió no para estar en casa criando hijos, sino para proyectarse como alta ejecutiva en el campo empresarial?
En este caso la mujer no estuvo preparada para el matrimonio, pues la tarea de ser esposa y madre no es ninguna cosa fácil, demanda inteligencia, afectividad, perseverancia, paciencia, y sobre todo mucho amor a su esposo e hijos. Lamentablemente, el mundo actual nos vende la idea de que la mujer compite con el hombre en todo, y que el trabajo del hogar es denigrante, que si no trabaja tiene su capacidad intelectual ociosa, que no produce, que no se ven resultados económicos.
Lo que no dicen las corrientes feministas, es que no hay mayor realización para una mujer esposa y madre, que ver a sus hijos encaminados en la vida, con la práctica de las virtudes que ellos sus padres les enseñaron, el saber que sus hijos son chicos sanos mental, física y espiritualmente, que con ella aprendieron a rezar, que conocieron a ese Dios integrado en su vida diaria, que tienen modales enseñados por sus padres, no por la empleada doméstica, que son su orgullo, y que para ellos, sus padres son su refugio y fortaleza.
Cuando el síndrome de “Yoismo” proyecta a la esposa y esposo, a trabajar para que su familia tenga una excelente situación económica, donde el dinero es el que rige la vida de sus miembros.
En este caso, la familia queda reducida casi a una pura fachada, a una especie de residencia de individuos autónomos unidos por vagos sentimientos de afecto y por una nevera bien repleta.
A estos se lo conoce como familia light: una institución propia de los países ricos, ya que los pobres no están en condiciones de permitirse tales lujos.
* La familia light suele ser pequeña. Desde luego, hay muchos matrimonios estupendos con pocos hijos; pero nada como una familia numerosa para vacunarse definitivamente contra esa enfermedad.
* La familia light gira en torno a tres electrodomésticos fundamentales: la nevera, la televisión (con cine en casa-blu ray) y el megaequipo de sonido. Adicionalmente todos deberán tener los últimos modelos de celular, laptop, tablets, etc.
* En la familia light existe una férrea autoridad para todo lo accesorio (la elección del coche, el lugar del veraneo) y una total anarquía para lo fundamental (asistencia a Misa, etc.).
* Los miembros de una familia light nunca rezan juntos, tal vez porque se verían obligados a apagar la televisión. En realidad, la vida espiritual de cada uno es una cuestión tan íntima y profunda, que, para encontrarla, habría que hacer excavaciones.
* En la familia light se habla mucho de sexo: el pudor está superado por completo, y todos tienen una exhaustiva información sexual (un buen manual de instrucciones, quiero decir). En cambio jamás se habla en serio de amor, de fecundidad, de fidelidad, de entrega...
* Se comunican por what app, e-mail o mensajes, no existe un ‘cara a cara’ ni para desear las buenas noches.
Pero estas familias tienen sus resultados muchas veces convertidos en tragedias, con amarguras y disgustos. He aquí cuatro significativos ejemplos:
1. El "fracaso escolar" del niño. La culpa, por supuesto, es siempre del colegio, que se complace en producir traumas, probablemente irreversibles, en la autovaloración de la criatura.
2. La niña ha engordado y a pesar de ser pre adolescente, tiene el colesterol alto u otra enfermedad producida por descontrol alimentario
3. Como los padres trabajan tanto, no se enteran si el joven llega a casa al amanecer oliendo a alcohol puro, o que ha entrado en drogas
4. Se ocupan de los muchos triviales y no de los pocos vitales. Nadie tiene convicciones ni creencias, sino opiniones. Se ven expuestos a todas las infecciones ideológicas de moda.. así en la soledad que tienen los adolescentes, resulta que un amigo lo invitó a formar parte de una secta X y ahora es la inquietud de la familia, ya que el joven dejó su religión heredada, pero no practicada.
Que hacer ante tales cosas:
1- Formar hijos que el día de mañana cuando vayan a formar sus matrimonios, tengan como ideal el hogar de sus padres, para esto es necesario que sus padres hayan estado formados previo a su matrimonio, o que si no lo estuvieron tanto, hayan entendido la importantísima misión que Dios les ha dado, al regalarle a sus hijos, formar su familia, y reciban su formación en el camino, hoy hay tantos buenos cursos de “Escuelas para padres”, de charlas de formación en movimientos católicos, que es fácil capacitarse.
2- Hay que pedir al Señor que, cuanto antes, nos haga entender la seriedad que conlleva el formar familias sanas y santas.
3- Que nos despoje totalmente del egoísmo.
4- Escuchar la voz de Dios en las causas segundas para detectar cuando hay un exceso de trabajo, para esto deberemos tomar en cuenta lo siguiente:
• Altos niveles de estrés.
• Agotamiento, fatiga, desaliento.
• Desinterés por otros asuntos de la vida diaria.
• Frustración al ver que tu esfuerzo no ha logrado equilibrar familia y trabajo.
• Nada funciona bien en el hogar, tus hijos son unos extraños
5- Acércate a los sacramentos, pídele a Dios que te de la Sabiduría para ser una esposa y madre a imagen de María.
Bibliografía: Aciprensa- Pensar Libre de Enrique Monasterio. IEEE-