La administración Obama ha decidido apostar este año por el Orgullo Gay en toda América Latina.
La consigna ha sido apoyar, ya sea colgando la bandera multicolor en el mástil de la embajada o incluso participando en las marchas organizadas.
La consigna ha sido apoyar, ya sea colgando la bandera multicolor en el mástil de la embajada o incluso participando en las marchas organizadas.
Así se mostraba, como ejemplo, la embajadora de EEUU en México, Roberta Jackobson, en la Marcha del Orgullo Gay de este año con una pancarta que decía: “La delegación de EU apoya la diversidad”
“Es la política de mi país y del presidente Obama en especial, de apoyar a las comunidades LGTBI. Y es parte de nuestra diplomacia ahora”
Y así se muestra la embajada de EEUU en Caracas:
“Nosotros, en La Embajada de los Estados Unidos estamos comprometidos a promover los derechos humanos de todas las personas, entre ellas las lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y transgéneros”.
CARTA A Secretario de Estado, John Kerry
El Portal CitizenGo envió una solicitud a todos sus contactos para solicitar firmas protestando por dicha intromisión política, a continuación el texto de la misma.
C/c Embajador especial para LGTBI, Randy Berry
C/c Mari Carmen Aponte, directora de la oficina para América Latina
C/c Embajador de el Consejo de DDHH de la ONU en Ginebra (Suiza), Keith Harper
Le escribo preocupado por la última deriva de su política exterior. El nombramiento de un embajador especial LGTB ha convertido en activistas a sus diplomáticos.
Que sus embajadas hayan participado activamente en las marchas del orgullo gay rompe abiertamente con la debida neutralidad que deberían de mantener hacia cuestiones controversiales.
Que hayan utilizado a nuestros países para promover en Naciones Unidas una resolución LGTB es lamentable.
Respeten nuestra soberanía. Respeten nuestras leyes, nuestros valores, nuestra historia y nuestras tradiciones.
Abandonen la tentación de presionar a nuestros gobiernos con sanciones económicas o bloqueos de la ayuda al desarrollo para impulsar o promover su agenda ideológica.
Dejen de interferir en debates domésticos y nacionales en donde no tienen nada que decir.
En definitiva: STOP a una injerencia ideológica que ya resulta absolutamente insoportable.
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