MARTIR DE LA FE EN PLENO SIGLO XXI, EN UNA EUROPA DESCRISTIANIZADA

 
"Dichosos ustedes, cuando por mi causa, los insulten y persigan porque les espera una gran recompense en el cielo" Mateo 5-10
 Por: Eleana Endara

El martes 26 de julio dos terroristas del Estado Islámico irrumpieron en una iglesia  en la región francesa de Normandía, y tomaron como rehenes a los presentes, incluyendo al P. J. Hamel quien se encontraba celebrando la Santa Misa, a quien en pleno altar degollaron.
Europa un continente con raíces cristianas, decidió desde el siglo pasado olvidarse de estas, ya que consideraban que la religión era una traba para el hombre moderno, pues partía de un decálogo que basado en la ley natural normaba la conducta de los seres humanos, que afirmaba el reconocimiento de un Dios creador que nos invitaba a amarlo y amarnos los unos a los otros, a conservar la vida, a respetar lo ajeno, a vivir la pureza, a decir la verdad, en resumen a hacer el bien y evitar el mal.

Pero el hombre actual no le interesa Dios, porque él es su propio dios, y así comienza a implantarse en algunos países hasta “como política” la anticoncepción, el aborto, los derechos de las minorías sobre las mayorías, la tergiversación del plan de Dios en las relaciones entre hombre y mujer, la ideología de género, la destrucción de la familia, la eutanasia, el ateísmo práctico, y la persecución a los cristianos.
Hoy en Europa la minoría son cristianos, las iglesias se han convertido en museos, en los colegios se confunde a los niños con “educación para la ciudadanía”, impartida con sesgo ideológico, con énfasis en los antivalores, y en muchos casos transgrediendo la autorización de sus padres en lo referente a educación sexual.  Son un continente libre de ataduras, con puertas y mentes abiertas a todas las tendencias, y en este entorno, ya se empiezan a sentir las consecuencias y están conociendo el triste resultado. Se les borró de la memoria su propia historia, que debería ser una alerta, deberían recordar lo que fue la permanencia por siete siglos de los  musulmanes (moros) en la península Ibérica, la Batalla de Lepanto, etc.
Este gran problema que no ha hecho más que empezar, dice el P. Kalil, experto en el Islam, “nos lo hemos buscado los europeos solitos, por haber permitido la implantación en nuestras ciudades del modelo multicultural que ha dado lugar a la creación de verdaderos núcleos islamistas que repercuten sobre nuestros países”. En otra cita el cardenal Burke ha criticado a quienes, con el buen propósito de ser tolerantes, tienden a pensar que el Islam es una religión como la fe católica o la fe judía, sin comprender que el Islam es «fundamentalmente una forma de gobierno».
Todo musulmán cree que se aproxima el tiempo del juicio final, vendrá el Mahdi, se declarará la guerra santa y establecerá el Islam en toda la tierra, después de haber exterminado o subyugado a todos los no musulmanes (infieles), así lo indican los expertos en islamismo pues saben que su intención es implantar el Islam en el mundo entero. 
¡Cuando será el día que el hombre actual aprenda que “el Dios amor” que nos creó por amor, no puede hacer nada por nosotros si con plena y equivocada conciencia, lo desterramos de nuestra vida y de nuestro mundo!  Tal vez sea este el momento de que las naciones occidentales reafirmen su origen y fundamentos cristianos, sin escudarse en “el pretexto” de que esto suponga una limitación de la libertad religiosa.
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