UNA SOCIEDAD QUE RESPETA A LA FAMILIA ES UNA BUENA NOTICIA UNIVERSAL

Fuente Aciprensa

 Luego de casi un mes de disertaciones, terminó el Sínodo en Roma, aquí algunos puntos tratados sobre la importancia de la Familia en toda sociedad.

En el numeral 1, votado unánimemente por todos los obispos presentes (260 votos), el Sínodo agradece “al Señor por la generosa fidelidad con la que tantas familias cristianas responden a su vocación y misión, incluso ante los obstáculos, las incomprensiones y los sufrimientos”.

Dios creó al hombre y a la mujer. El Señor, “une los corazones de dos personas que se aman y los une en la unidad y en la indisolubilidad.  Esto significa que el objetivo de la vida conyugal no es sólo vivir juntos, sino también amarse para siempre. Jesús restablece así el orden original Solo a la luz de la locura de la gratuidad del amor pascual de Jesús será comprensible la locura de la gratuidad de un amor conyugal único (hasta la muerte).

También afirman que “la historia de la humanidad es una historia de migrantes: esta verdad está inscrita en la vida de los pueblos y las familias. También nuestra fe lo reafirma: todos somos peregrinos”.  Este numeral indica además que cuando la migración es forzada y es “fruto de situaciones de guerra, de persecución, de pobreza, de injusticia, marcada por las peripecias de un viaje que pone con frecuencia en peligro la vida, traumatiza a las personas y desestabiliza a la familia”. “El acompañamiento a los migrantes exige una pastoral específica con las familias en migración, pero también con los miembros de los núcleos familiares que se quedan en los lugares de origen”, 


En el numeral 39 explican cómo se trata este tema en el libro del Génesis y señalan que “el hombre y la mujer, con su amor fecundo y generativo, continúan la obra creadora y colaboran con el Creador en la historia de la salvación a través de la sucesión de las genealogías”.

En el numeral 41, titulado “Jesús y la familia”, los prelados resaltan que “el ejemplo de Jesús es paradigmático para la Iglesia. El Hijo de Dios ha venido al mundo en una familia. En sus treinta años de vida oculta en Nazaret  Jesús ha visto en María y José la fidelidad vivida en el amor”. 

El numeral 48 titulado “Indisolubilidad y fecundidad de la unión esponsal” –aprobado por 253 votos contra 6– resalta que “la irrevocable fidelidad de Dios a la alianza es el fundamento de la indisolubilidad del matrimonio. El amor completo y profundo entre los cónyuges no se basa solo en las capacidades humanas. Dios sostiene esta alianza con la fuerza de su Espíritu”.

De otro lado, el numeral 62 titulado “La transmisión de la vida” –aprobado por 259 votos– subraya la importancia de “las familias numerosas en la Iglesia que son una bendición para la comunidad cristiana y la sociedad, porque la apertura a la vida es exigencia intrínseca del amor conyugal”.
“Con estas luces, la Iglesia expresa su viva gratitud a las familias que acogen, educan y llenan de afecto y transmiten la fe a sus hijos, de modo particular a los más frágiles y marcados por la discapacidad”, prosiguen.
el Creador ha hecho partícipes al hombre y a la mujer en su obra de su creación y al mismo tiempo los ha hecho instrumentos de su amor, confindoles a su responsabilidad el futuro de la humanidad a través de la transmisión de la vida humana”, 

Los padres sinodales dedican luego tres numerales: 66, 67 y 68 para referirse a la importancia de la educación de los hijos. En el 67 destacan que “es importante que los padres se involucren activamente en el camino de preparación para los sacramentos de la iniciación cristiana, en calidad de primeros educadores y testimonios de fe para sus hijos”.

El tema de los homosexuales se plantea en el numeral 76 y se enfoca desde el acompañamiento que puede realizar la Iglesia a las familias en donde alguno de sus miembros tiene la tendencia homosexual. Este párrafo del documento, aprobado por 221 votos contra 37, precisa además que “no existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”, como señala un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El desafío de los divorciados vueltos a casar se trata específicamente en los numerales 83, 84, 85 y 86. En ellos hay una amplia explicación sobre la importancia de acogerlos en la Iglesia y recordarles que no están excomulgados aunque su situación es irregular; y plantea una serie de orientaciones para acompañar a estos fieles y cuidar especialmente el bien de los hijos.