Decía Alejandro Bermúdez de ACIPRENSA en la charla del otro día, que no solo hay que rezar por los cristianos perseguidos, que hay que actuar, y una manera de hacerlo es enviando nuestras protestas, sea por redes sociales o por plataformas que existen para hacer ver que los cristianos somos muchos, algunos medio dormidos, pero que deben despertar, para que el peso de la protesta mundial llegue a la ONU, que ha considerado una tragedia mundial, el bombardeo de las ruinas de Palmira en Siria, (que es una barbaridad del EI) ya que esto era patrimonio pre histórico de la humanidad, pero ni se han molestado en saber cuantos cristianos han muerto, cuantos están buscando refugio, cuantos no tienen donde ir porque nadie los recibe, y eso solo pasa por ser Cristianos, los mártires del tercer milenio. Utilicemos las redes sociales que nuestra protesta se oiga.
Las imágenes del ‘niño de la playa’ han sacudido las conciencias del mundo entero.
La crisis migratoria requiere decisiones firmes, valientes y generosas asumiendo que la Tierra es la casa de todos y que los Estados pueden y deben defender sus fronteras.
Más allá de las urgencias humanitarias, el problema obedece al enquistamiento del conflicto bélico en Siria ante la pasividad de la comunidad internacional.
Por otra parte, los vecinos países del golfo Pérsico como Arabia Saudí no han ofrecido ningún gesto de solidaridad o acogida.
Mientras, los países europeos mantienen una actitud hipócrita: hablan de solidaridad hasta que llega la hora de asumir el coste humano, logístico y presupuestario de la acogida.
La solución pasa por la intervención armada para pacificar el conflicto y la creación de estructuras institucionales, políticas, económicas y de seguridad que permitan el progreso y desincentiven las avalanchas.
Eso requiere decisión, plan, voluntad y solidaridad de todos. Así lo esperamos todos.
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